Venezolanos padecen de "infoxicación" del Coronavirus según estudio CIEI

Venezolanos padecen de "infoxicación" del Coronavirus según estudio CIEI

Creer que los estrictos protocolos de seguridad indicados a nivel planetario por la Organización Mundial de la Salud en aras de evitar la propagación del coronavirus han sido uno de los más dramáticos padecimientos de los venezolanos durante los últimos tres meses, es una apreciación que luce bastante tímida acerca de la realidad. La mayoría de la población se siente saturada de información, lo que ha derivado en una "infoxicación" de COVID-19.

 

La perspectiva forma parte del conjunto de resultados que arrojó una investigación sobre cómo la población está enfrentando social y psicológicamente la pandemia, llevada a cabo por el Centro de Investigación y Evaluación Institucional (CIEI)  de la Universidad Católica Andrés Bello en Caracas.

De acuerdo al estudio, ocho de cada 10 personas (79%)  se siente abrumada ante la cantidad de información que surge en sus países con respecto al tema. A este estatus se agrega que, en el continente, Venezuela es el país que registra mayor disfunción social, es decir, "mayor presencia de malestar psicológico y pérdida de bienestar en los ciudadanos".

 

Foto: José Fernandes

 

El sondeo fue efectuado entre el 2 y el 18 de abril a través de la plataforma Google Forms y contó con la participación de 2.011 personas, con edades entre 18 y 85 años y un promedio de 37 años, residentes mayoritariamente de Venezuela (73%), pero también de Suramérica (17%), Europa (5%) y Centroamérica/Norteamérica (5%).

 

Sorprende que la mayoría de las personas que formaron parte del estudio expresa claridad respecto a los datos básicos sobre el virus, las formas de contagio y las medidas de prevención. Sin embargo, de acuerdo con el informe, casi ocho de cada 10 personas (79%) afirman sentirse saturadas con el volumen de datos que reciben, seis de cada 10 (65%) están confundidas y tres de cada 10 (35%comparten información no verificada.

 

Foto: José Fernandes

 

De acuerdo a la profesora Yolanda De Abreu, responsable del proyecto, "aunque la muestra no es probabilística y existe disparidad entre la cantidad de encuestados de Venezuela y el resto de las regiones, la encuesta permite ver al coronavirus desde una perspectiva psicosocial, lo cual favorece el análisis de los datos en un contexto-país particular y provee un conjunto de información que puede relacionarse entre sí para crear modelos de predicción".

En términos emocionales la pandemia ha generado un impacto tal vez aún prematuro de establecer en su justa dimensión. Sin embargo no pareciera exagerado catalogarlo como devastador. Muestra de ello es que las tres palabras que los venezolanos asociaron al COVID-19 dentro del estudio, en orden de importancia fueron, incertidumbre, muerte y aislamiento, todas de carácter negativo.

De los resultados alcanzados se deriva que un 14%  de los encuestados señaló sentir incertidumbre (200 personas), 11% (equivalente a 157 personas) mencionó el término muerte y otro 10% (146 personas) destacó el aislamiento. 

 

Foto: José Fernandes

 

Según lo expresado por la profesora Luisa Angelucci, directora del CIEI, "los ciudadanos de Venezuela son los que se manifestaron más preocupados por el contagio y manejo de la enfermedad, así como por la pérdida de esperanza sobre la situación y el miedo a perder el control de su vida".

Hasta el pasado 16 de junio Venezuela acumulaba un total de 3.150 contagios y 27 fallecimientos a causa de la pandemia. Se reportaba para esta jornada, la muerte de un hombre de 83 años y 88 nuevos casos. De este último total se informaba sobre un foco de 41 contagios localizado en el mercado Las Pulgas en Maracaibo, estado Zulia.

El cumplimiento de la cuarentena ha significado para los venezolanos un reto de proporciones indescriptibles, en algunos casos, debido al agravamiento de ya precario funcionamiento de la red de servicios públicos, desmantelada en las dos últimas décadas.

El suministro de agua potable, la electricidad y el gas, el acceso a los alimentos y a los  insumos de higiene personal han representado y representan un batalla diaria que, en definitiva, mantienen en permanente inestabilidad a los ciudadanos ante la mirada indiferente y la irresponsabilidad estatal.